jueves, 30 de julio de 2009

URUGUAY: Informe del Relator Especial de la ONU sobre la Tortura.

Entre los días 22 y 27 de marzo de 2009, el Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos y degradantes, de Naciones Unidas, el profesor Manfred Nowak, llevo a cabo una visita a Uruguay a invitación del gobierno de dicho país.

En el informe (ver aquí) se hace referencia a las condiciones de detención en comisarías, prisiones, centros para adolescentes e instituciones psiquiatricas.

El informe rescata con claridad las precarias condiciones en que se encuentran los centros penales en el país: “Durante la dictadura militar, el Penal de Libertad se convirtió en un símbolo infame de la tortura y los malos tratos. Dos décadas después, sigue siendo conocido por sus condiciones infrahumanas. En particular, las condiciones en los módulos de acero conocidos como Las Latas, son un insulto a la dignidad de los reclusos, así como a la de los guardias que tienen que trabajar ahí, corriendo ambos riesgo para su vida. Este lugar, en donde los procesados y condenados se alojan como animales en contenedores sobrepoblados durante casi 24 horas al día, es detestable. Debido al acceso restringido al agua, los reclusos se encuentran a menudo forzados a tomar el agua del inodoro, y como resultado, a usar botellas de plástico o bolsas para hacer sus necesidades fisiológicas. También tienen acceso médico limitado, por lo que los detenidos tienen que hacerse cortes en el cuerpo a si mismos, para poder ver a un médico”.

No menos clara es la descripción de los centros para adolescentes “La privación de libertad de adolescentes se utiliza como primer recurso y no como el último. Los adolescentes detenidos en establecimientos de máxima seguridad viven en condiciones extremadamente pobres. En su mayoría, carecen de oportunidades de educación, empleo o rehabilitación, y los menores se encuentran encerrados en sus celdas hasta 22 horas al día. Las condiciones sanitarias en los centros que visité son terribles. Los adolescentes no tienen inodoros en sus celdas, y en ocasiones tienen que esperar durante horas para que un funcionario les deje ir al baño. Como resultado, tienen que hacer sus necesidades fisiológicas en botellas y bolsas de plástico, las cuales después tiran por la ventana, dejando el lugar con un olor repugnante. Un gran número de adolescentes privados de libertad son adictos o consumidores de drogas. Muchos de ellos reciben sedantes como sustituto a las drogas. Son muy comunes las quejas de golpizas y castigos colectivos durante los motines y rebeliones”.

Especialmente interesantes resulta la lectura de las recomendaciones, útiles para cualquier país de la región que quiera adoptar una política penitenciaria respetuosa de los derechos humanos.

lunes, 27 de julio de 2009

ESPAÑA: Bestezuelas: qué hacer con los niños criminales

www.abc.es

ALFONSO ARMADA 26-7-2009 05:59:01

Están los hechos, luego vienen las interpretaciones. El 17 de abril, un niño de ocho años fue violado en Motril por otro de 15 mientras su pandilla grababa la agresión en vídeo. El 2 de julio, cinco menores y un adulto violan en Baena a una niña de 13 años a plena luz del día en una piscina pública. El pasado domingo, otra niña de la misma edad es violada en Isla Cristina por siete menores. Los tres hechos ocurrieron en Andalucía y tanto las víctimas como la mayoría de los victimarios eran menores de edad.
El carácter espeluznante de los casos retrotrae a episodios especialmente turbadores, como el de Sandra Palo, la joven que en 2003 fue violada, atropellada y quemada en Getafe por tres menores y un chico de 18 años, o el todavía más inquietante de los británicos Jon Venables y Robert Thompson, que cuando tenían diez años, en 1993, mataron a James Bulger, de dos años, y que fueron puestos en libertad tras haber cumplido ocho años y cuatro meses de internamiento. La alarma y el estupor han vuelto a suscitar un intenso debate sobre la condición «inimputable» de los menores de 14 años en el ordenamiento jurídico español, la idoneidad de la Ley del Menor y las fallas en la educación, en un sistema que parece quedar desnudo y a contraluz cuando ocurren hechos que obligar a buscar palabras que expliquen el espanto.
¿Es preciso rebajar le edad penal para castigar y evitar este tipo de comportamientos? «Si lo que queremos evitar es la comisión de hechos delictivos, lo fundamental es investigar las causas de la delincuencia», dice Octavio García Pérez, profesor titular de Derecho penal de la Universidad de Málaga y autor de libros como «La delincuencia juvenil ante los juzgados de menores» y «Legislación penal del menor». García Pérez cree que a partir de ahí «sería posible actuar sobre las circunstancias que llevan a cometer delitos» y evitarlos: «Cuando nos planteamos rebajar la edad para castigar a edades más tempranas, no nos movemos en esta dirección, pues simplemente sancionamos al que ha cometido un delito, pero ni sabemos por qué lo ha hecho ni hacemos nada para que otros no lo hagan. Castigando al que ya ha cometido un delito no vamos a evitar que se sigan cometiendo delitos porque no estamos combatiendo sus causas. En este sentido, los que abogan por rebajar la edad penal con frecuencia lo justifican en que hay menores con problemas de riesgo social que no están siendo atendidos por las entidades de protección y ante la inacción de éstas, sería necesario que actuara la justicia penal. Sin embargo, si el problema radica en que las entidades de protección no están actuando donde deben, lo que hay que hacer es mejorar su actuación».
Patuca Fernandez Vicens, abogada de la Coordinadora de Barrios de Madrid, y Javier Baeza, sacerdote y educador en la parroquia San Carlos Borromeo, niegan que comportamientos como los de Baena e Isla Cristina queden a menudo impunes: «No es cierto. Las estadísticas del Consejo General del Poder Judicial no denotan un incremento de los delitos cometidos por menores de edad. Sin embargo, desde el año 2001 se han incrementado exponencialmente las plazas en centros cerrados y semiabiertos. En Madrid en el año 2000 había 3 centros de reforma con unas 45 plazas, en la actualidad hay 15 prisiones de niños en Madrid. Se castiga y se interna a los niños que cometen delitos, bajo un reglamento homólogo al reglamento penitenciario de adultos, pero sin las garantías jurídicas aplicables a estos "porque son menores". Cuando vamos a ver a menores en cárceles de niños no hay ninguna diferencia en la estructura con las cárceles de adultos. No podemos obviar que las personas nos construimos en contextos determinados. ¿Qué contexto es una cárcel para construir o re-construir vidas que comienzan?».
«Sacar a los menores del ámbito del derecho penal ha sido una conquista histórica de la civilización», piensa Luis Carlos Nieto, juez de menores en Ávila. A la pregunta de si se debería rebajar la edad de los menores para ser juzgados, el juez cree que «evitar que la sanción penal se instale en personas que están en un periodo muy temprano de su desarrollo evolutivo es la razón de ser de la justicia de menores. Por eso las medidas que se pueden imponer por la jurisdicción de menores deben centrarse en prevenir futuros comportamientos delictivos del menor desde el convencimiento que la reeducación es un factor que puede contribuir a que hechos delictivos no se repitan. El endurecimiento de las leyes puede tener un efecto simbólico en momentos de conmoción social, pero no tiene relación con una disminución de los delitos. De hecho desde la publicación de la ley todas las reformas, sin excepción, han ido introduciendo en la justicia de menores parámetros del derecho penal de adultos mientras que las estadísticas sobre delitos cometidos por menores permanecen sin variación significativa. Desgraciadamente en el análisis de la delincuencia de menores no siempre prima el rigor basado en datos empíricos para dar respuesta a problemas reales, sino que existe una tendencia a legislar simbólicamente».
«Si nos planteáramos responsabilizar mayormente al menor, ello debería comportar sin ninguna duda ni vacilación también una creciente responsabilidad del entorno social, inmediato (y no tanto), hasta sobrepasar incluso, según casos y circunstancias, el límite de la "penabilidad", de la posible imputabilidad penal». Son palabras de Joan Badía, psicólogo clínico que trabaja en el hospital San Juan de Dios de Barcelona. Y sigue preguntándose: «¿Qué hacían esos menores a esas horas, en qué circunstancias las familias sabían o miraban para otro lado prefiriendo ignorar, no ya tan sólo hechos de la mayor gravedad cual claros crímenes, sino las vivencias, inquietudes y cuitas de sus allegados? De parte de las familias (todas: clásica, monoparental, desestructurada...) toman cada vez mayor relevancia figuras "menores" del maltrato: no por activo, sino por negligencia, desatención, desasimiento, abandono. El legislador, en su momento, debería incorporar medidas claras y eficaces de protección a las familias con prole, con la finalidad de que éstas puedan seguir siendo agentes relevantes de la educación de sus hijos».
Luis Carlos Nieto es contrario a reformar la ley del menor, y menos «en un momento en el que se han producido hechos de especial gravedad y de fuerte repercusión mediática. La valoración y crítica de la ley debe hacerse desde una reflexión serena y profunda que no se puede dar en estos momentos».
Saco de boxeo
¿Hay una quiebra de valores y tabúes? «No creo que se pueda hablar de una quiebra de valores», estima Octavio García Pérz. «Lo que sucede es que a veces a ciertos menores no les llegan los valores porque las instancias que se ocupan de su transmisión no cumplen con su papel. En efecto, hay menores que no tienen familia o si la tienen, ésta no cumple adecuadamente su papel, no van a la escuela y, en consecuencia, no aprenden valores».
Patuca Fernández Vicens y Javier Baeza encienden otra alarma: «Los niños son el saco de boxeo de nuestra sociedad. Los que más sufren los problemas que afectan a la sociedad española: la pobreza se ha incrementado especialmente en los niños de entre 0 y 16 años, la violencia y agresividad de nuestra sociedad, la falta de referentes en la vida pública que sean ejemplo para nuestros chicos, el sistema educativo sometido a los intereses políticos: todo eso hace que nuestros chavales y chavalas sufran y reproduzcan nuestros males. El mundo del menor es la caja de resonancia de los desastres de los adultos. Cuando una sociedad "teme" a los menores, es que está gravemente enferma».

NICARAGUA: 90 enfermos mentales están en las prisiones

El Nuevo Diario

NO CUENTAN CON ATENCIÓN PROFESIONAL, ASEGURA PROCURADORA DE CÁRCELES


* La mayor parte presenta esa condición por el consumo de drogas, igual que los jóvenes del Hospital Siquiátrico de Managua * Los siete mil internos comparten galerones con discapacitados, y tener sólo a uno de ellos en una galería común distorsiona todo, dijo María Auxiliadora Urbina * También denuncia que el régimen de convivencia familiar ha servido para que los beneficiarios vuelvan a delinquir con “técnicas refinadas”

Tania Sirias
END - 21:06 - 25/07/2009

La salud mental es un derecho humano que sigue pendiente en los penales del país, declaró la procuradora de Cárceles, María Auxiliadora Urbina, pues los 90 pacientes mentales que se encuentran recluidos, conviven en las celdas con el resto de privados de libertad.

Urbina demandó la presencia de un siquiatra en los sistemas penitenciarios, pues el discapacitado metal también debe ser atendido por un especialista.

“Cada penitenciaría cuenta con un sicólogo y un médico para atender los problemas de gastritis, o cualquier otra enfermedad, pero también es necesario un experto en siquiatría”, dijo la funcionaria.

Además, comentó que la mayoría de enfermos mentales se encuentra en esta condición debido al consumo de sustancias tóxicas. Al igual que en el Hospital Siquiátrico, en los penales la mayor parte de jóvenes diagnosticados con discapacidad mental se relacionan con el consumo de drogas.
Presos conviven con enfermos
La funcionaria reconoció que la crisis económica está afectando al sistema penitenciario, ya que existe un hacinamiento en las celdas, y los enfermos mentales conviven con el resto de presidiarios.

“Los siete mil internos comparten galerones con los 90 discapacitados mentales, y tener un enfermo mental en una galería común distorsiona todo”, expresó la Procuradora de Cárceles.

“Nuestra demanda es que a los privados se les brinde una atención en salud mental. Recordemos que no es fácil estar recluido, y éstos son enfermos mentales crónicos. Por el momento no contamos con siquiatras en los penales y para poder atenderlos son referidos al Hospital Siquiátrico”, reiteró Urbina.

Además, dijo que el Hospital Siquiátrico está impartiendo cursos de actualización médica a los galenos del penal, y que también se está hablando de la creación de un pabellón especial, y de un espacio propio para poder atender a este tipo de paciente, pero son proyectos futuros.
Posgrado a funcionarios del penal
Estas declaraciones las brindó la procuradora de Cárceles, María Auxiliadora Urbina, durante la inauguración del posgrado en “Ciencias Penitenciarias y Derechos Humanos” dirigido a funcionarios del Sistema Penitenciario Nacional.

En este posgrado están participando 57 funcionarios de todos los penales del país, dijo Urbina, con el objetivo de fortalecer el relevo generacional, pues la mayoría tiene de 28 a 30 años de laborar en el sistema.

“Se deben mejorar las condiciones del privado de libertad, y eso pasa por educar al funcionario”, afirmó Urbina. Además, lamentó que muchos de los privados de libertad cuando cumplen con sus condenas o salen bajo el régimen de convivencia familiar, vuelvan a delinquir y regresan a los penales.

“Esto se debe a que no se les brinda una educación y no se les prepara para una reinserción social y laboral”, señaló la Procuradora.

Agregó que “muchas veces lo penales se convierten en escuelas para refinar las actividades delictivas. Si no le damos herramientas al individuo para que se vaya con una mejor condición, va a regresar. Igual pasa si es un enfermo mental, va a regresar. Nicaragua es un país enfermo, empobrecido que necesita educación y oportunidades”.

domingo, 26 de julio de 2009

EEUU: Polémica por la decisión del gobernador de vaciar las prisiones en Illinois

Por Agencia EFE – 10/07/2009
Chicago, 10 jul (EFE).- Ante la difícil situación fiscal que atraviesa Illinois y la falta de un acuerdo con los legisladores, el gobernador ha anunciado una serie de medidas drásticas que incluyen la liberación de miles de reos, lo que ha levantado la polémica en el estado.
El gobernador demócrata Patrick Quinn, quien está enfrentado a la Asamblea Legislativa por la aprobación del presupuesto y las formas de cubrir un déficit de 9.200 millones de dólares, anunció una serie de "opciones difíciles" para solucionar la crisis.
Además de recortar fondos a servicios y programas sociales que benefician a familias inmigrantes, Quinn anunció 2.600 despidos de funcionarios estatales, de los cuales 1.000 pertenecen al sistema penitenciario de Illinois que perderá recursos por 125 millones de dólares.
Para que ocurra la reducción del personal carcelario, dijo el gobernador, primero tendría que dejar en libertad a unos 11.000 de los 45.500 reclusos alojados actualmente en el sistema penitenciario estatal.
La lista de posibles liberados incluiría a quienes cumplen el último año de sus sentencias, sin contar los convictos por homicidio en primer grado, crímenes sexuales y conspiración para traficar drogas y armas.
Con esta medida, el estado ahorraría 125 millones de dólares, ya que se gastan en promedio 23.000 dólares anuales en el alojamiento de cada prisionero.
Aunque un vocero del gobernador aclaró que "nada es definitivo, todo está a estudio", las reacciones contrarias no se hicieron esperar.
Anders Lindall, vocero del sindicato que representa a los guardias penitenciarios, dijo que el plan de Quinn es "temerario" y socava la seguridad pública, porque las prisiones quedarían sin la custodia adecuada.
"Se pueden revisar sentencias y los programas de rehabilitación, pero nunca actuar bajo la presión del recorte de presupuesto porque pueden aumentar los riesgos en las prisiones estatales y las comunidades que las rodean", dijo al Chicago Tribune.
Quinn respondió que medidas similares han sido adoptadas por otros estados, y afirmó que "en caso de concretarse", se haría bajo condiciones estrictas.
Por su parte, el representante estatal republicano Jim Durkin dijo que "no deberíamos premiar el mal comportamiento como forma de convencer a los legisladores a votar un aumento de impuestos".
Durkin está preocupado además por los despidos porque en muchas ciudades de Illinois, la prisión local es el principal empleador.
Otros legisladores opinaron que ésta sería la última de una serie de "amenazas vacías" del gobernador para obligarlos a votar un incremento en el impuesto al ingreso personal para cubrir el déficit, lo que ha sido negado por la Asamblea en varias instancias.
Sin embargo, la oficina del gobernador dijo que los recortes y despidos ocurrirán aunque Quinn logre el aumento impositivo buscado.
Inclusive, a los 2.600 despidos generales anunciados podrían sumarse otros 2.500 para reducir la plantilla actual de 58.000 funcionarios estatales.
El gobernador vetó esta semana un presupuesto provisional votado por la Asamblea antes del receso, por considerarlo desbalanceado.
Con ese presupuesto el gobierno estatal continuaría funcionando unos meses a la espera de la solución final de los legisladores, que volverán a reunirse la próxima semana para discutir el tema.
Daysi Funes, directora ejecutiva del Centro Romero que atiende a inmigrantes salvadoreños en el norte de Chicago, dijo que se ha creado un caos entre las organizaciones por los rumores sobre quiénes serán los más afectados por los recortes.
El centro encabeza una campaña de llamadas telefónicas de la comunidad hispana a los legisladores para pedirles la aprobación del presupuesto. EFE

CENTROAMÉRICA: III ENCUENTRO REGIONAL VÍAS ALTERNAS “Promoviendo las salidas alternas a la prisión en Centroamérica”

Fuente: DNI Costa Rica

23 y 24 de julio de 2009

En Centroamérica se encuentran aproximadamente 2.897 personas adolescentes y jóvenes privadas de libertad bajo la Justicia Penal Juvenil.

Esto tiene que llamarnos a reflexionar sobre por qué aún las Salidas Alternas a la prisión, no se han convertido en la opción principal que proponen los estándares contenidos en los artículos 37 y 40 de la Convención sobre los Derechos del Niño, la cual fue ratificada por todos los Estados.

Sobre esta problemática y sobre la no consolidación de sistemas especializados de Justicia Penal Juvenil, en un contexto de incumplimiento de los Derechos Económicos y Sociales de las personas adolescentes y jóvenes, tratará el III encuentro del Proyecto “Vías Alternas”.

El Proyecto inició ejecuciones en julio de 2006, gracias al auspicio de la Embajada de Holanda, y cuenta con la participación de las siguientes contrapartes en la región además de DNI-CR: la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (FESPAD), por El Salvador; la Fundación de Protección a los Derechos de Niñas Niños y Adolescentes (FUNPRODE), por Nicaragua; la Comisión de Justicia y Paz, por Panamá; el Centro de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de Victimas de Tortura y sus Familiares (CPTRT), por Honduras; y el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de Guatemala (ICCPG).

La presentación oficial del documento se realizará por DNI-CR el viernes 24 de julio a las 09:00 a.m. y se contará con los comentarios del Dr. Elías Carranza Lucero, director del Instituto Latinoamericano para la Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente (ILANUD)

viernes, 24 de julio de 2009

EEUU: El 10% de los presos de las cárceles de EEUU cumplen cadena perpetua y de ellos dos tercios son negros o latinos

NUEVA YORK, 23 Jul. (del corresponsal de EUROPA PRESS, Emilio López Romero)

El 10 por ciento de los presos que purgan su pena en las cárceles de Estados Unidos cumplen condenas a cadena perpetua, de los cuales dos tercios son negros o latinos, según se desprende del último informe de una organización dedicada al estudio de la reforma del sistema penitenciario.

Los números son sorprendentes. De los 2,3 millones de presos que en la actualidad cumplen condena en las cárceles de Estados Unidos, unos 240.000 se enfrentan a toda una vida entre rejas, lo cual representa un récord desde que Sentencing Project inició sus estadísticas en 1984.

El porcentaje de reclusos condenados a pasar el resto de su vida en prisión se eleva al 20 por ciento cuando se trata de California, el estado con la mayor población carcelaria de Estados Unidos, según los datos recogidos por la organización.

De los 170.000 presos que cumplen condena en California, unos 34.000 cumplen una sentencia de por vida, lo que supone el triple de casos de los registrados en 1992, mientras que en otros cuatro estados del país --Alabama, Massachusetts, Nevada y Nueva York-- la proporción es uno de cada seis presos.

La creciente población carcelaria de Estados Unidos y el elevado número de condenados a cadena perpetua ha abierto un gran debate, en medio de la grave crisis económica y los problemas presupuestarios que afrontan muchos estados como California, según recuerda el 'New York Times'.

Las estadísticas recogidas por la ONG revelan que dos tercios de los condenados a cadena perpetua son negros o latinos, y en el caso del estado de Nueva York, sólo el 16,3 por ciento de esos reclusos son de raza blanca.

Y aunque bien es cierto que una gran mayoría de esos presos que pasarán el resto de sus días en prisión fueron condenados por cometer crímenes violentos, los expertos aseguran que cada vez son más los casos de sentencias de por vida por otro tipo de delitos.

La organización también denuncia que ni los sistemas penitenciarios de seis estados de la unión --Illinois, Iowa, Louisiana, Maine, Pennsylvania y Dakota del Sur-- ni el sistema federal ofrecen la posibilidad a los presos que cumplen cadena perpetua la posibilidad de solicitar la libertad condicional.

lunes, 20 de julio de 2009

Uruguay: Ideas contra el delito


Fuente: FABIÁN MURO. El pais de Montevideo.

Las causas de la delincuencia son múltiples. Las posibles soluciones también. En lo único que parece haber consenso entre expertos es que el problema de la seguridad pública no admite respuestas unidimensionales.



Más policías, exclaman unos. Mejores cárceles, piden otros. Más gasto social para mitigar las causas del delito, sostienen de un lado. Del otro se retruca exigiendo mayor severidad en todo.

La seguridad pública -quién lo duda- fue y será uno de los temas más importantes del debate político y social. Las ideas que parten del sistema político para transmitir la sensación de que Uruguay es un país seguro, además, sobran.

Pero el camino que va de la propuesta lanzada al calor de una coyuntura a la definición de una política sostenida y sometida a una evaluación es, en el caso uruguayo, tan largo como sinuoso. Ahora que la carrera hacia el gobierno ya comenzó, la seguridad será uno de los temas más polémicos de la campaña. Este informe es un intento de aportar otros argumentos que los que habitualmente son utilizados por los políticos en plena campaña. A veces por conveniencia, otras por necesidad, las campañas no suelen aportar las ideas más complejas y elaboradas.

Avisos Google

DATOS. Hay una multitud de indicadores que pueden servir como sustento para diagnosticar si se vive en un país más o menos seguro. El "más o menos" es clave: nunca se estará completamente seguro. El delito siempre existió y siempre existirá. El reclamo de seguridad absoluta es un imposible que solo revelaría la poca reflexión que le ha dedicado al tema quien pronuncie el dislate.

Adentrarse en el terreno de datos y números puede resultar tedioso para quien reclama, con tanta legitimidad como impaciencia, soluciones concretas y rápidas. Pero una mirada serena sobre este mundo demuestra que se trata de un fenómeno complejo y que se rehusa a ser encasillado en un único y fijo lugar. Conviene tener presente esas dificultades cuando obviedades como "merecemos un país más seguro", o soluciones supuestamente fáciles como "sacarles el vicio a prepo" son las que más se escuchan.

Uruguay tiene una de las tasas de homicidio más bajas del continente: entre seis y ocho homicidios por 100.000 habitantes. Este es un indicador contundente. Es mucho más difícil que un homicidio se escape de los filtros institucionales. Una rapiña o hurto puede no ser denunciado. Un asesinato rara vez deja de ingresar a las estadísticas.

La tasa de homicidios uruguaya está apenas por encima de la que exhiben países como Canadá. Y es un indicador que se ha mantenido durante décadas, de acuerdo a un estudio realizado por el sociólogo Javier Donnangelo. En comparación, solo San Pablo tiene una tasa de 33 homicidios por cada 100.000 habitantes, de acuerdo a un informe de 2006 de The Economist. Las comparaciones, como se sabe, son odiosas. Y más en un tema que hace a la seguridad e integridad del ciudadano. De poco le sirve saber a la persona afectada por una rapiña o una lesión, que tal o cual metrópolis es menos segura que en la que vive.

Pero no parece desmedido pedirles a los que elaboran y aprueban leyes normas y decretos una mirada con un alcance mayor que la que se extiende hasta la esquina.

Más allá de que la tasa de homicidios sea un indicador que podría servir para apaciguar a los ánimos más encolerizados, hay otros que generan justificada alarma: Uruguay tuvo, de 1990 a 2004, un aumento de 176% en las rapiñas. Durante ese mismo período, la cantidad de presos aumentó en un 155%, según datos oficiales del Ministerio del Interior proporcionados para este informe. Uruguay es uno de los países con más presos en relación a su población. La tasa de personas privadas de libertad supera las 200 cada 100.000 habitantes, una de las más altas del continente latinoamericano.

Según datos comunicados a diversos medios por el comisionado parlamentario para el sistema carcelario Álvaro Garcé a principios de este año, Uruguay tiene una tasa de 235 presos por 100.000 habitantes, cuando el promedio latinoamericano es 130. Además, más de la mitad de los reclusos, 65%, no tiene una sentencia judicial que lo declare culpable.

La disparidad entre estos indicadores, que dan cuenta de una aparente paradoja, tiene algunas explicaciones. Una de ellas es que el notorio incremento en el delito de rapiña y en las encarcelaciones comienza a partir de 1995, cuando se aprobó la ley de Seguridad Ciudadana. Ese año es considerado por algunos como el que definitivamente enterró la "primavera democrática" luego del fin de dictadura militar en 1985.

Pero además, la contradicción entre un nivel de violencia que se mantiene y un incremento explosivo de la rapiña, sirve para ilustrar que encarar los problemas de la seguridad pública requiere de métodos y enfoques cada vez más abiertos e interdisciplinarios.

Además de que, como dice el abogado penalista Diego Camaño, se necesitan esfuerzos mancomunados: Policía, sistema político, poder judicial, académicos y otros, "deberían sentarse en una mesa y ponerse de acuerdo sobre qué tipo de medidas implementar y cómo evaluarlas".

En esto coincide el sociólogo y criminólogo Nicolás Trajtenberg, quien hace años se está especializando en el tema del delito, sus causas y las posibles soluciones que se han experimentado en diversos países.

"La situación respecto a la seguridad pública en Uruguay es, en mi opinión, tenebrosa", afirma el académico y agrega: "Si alguno de mis alumnos manejara datos y propuestas con la irresponsabilidad que veo todos los días por parte de políticos, periodistas y otros actores sociales, pierden el parcial y no van a examen. Yo me tiro de los pelos al constatar la ignorancia y la ligereza con la que muchos se manejan".

El académico también hace un mea culpa. Según él, no se ha generado en el país el suficiente conocimiento acerca de la problemática del delito, sus causas y las soluciones que pueden aplicarse. Ni siquiera hay en el mundo académico una carrera de criminología, una materia que él tuvo que estudiar en otros países.

Para Trajtenberg, todo acercamiento a la confección de un modelo que pueda aplicarse con un grado satisfactorio de éxito para combatir el delito debe empezar por plantearse cuatro preguntas:

1) ¿Por qué se cometen delitos?

2) ¿Cómo se miden?

3) ¿Qué se está haciendo al respecto? y

4) ¿Cuáles son los fundamentos normativos y morales para el castigo?

"Para ninguna de estas preguntas tenemos respuestas satisfactorias", remata Trajtenberg y agrega que las encuestas que se han realizado, encomendadas por el Ministerio del Interior a consultoras privadas evidencian serios problemas metodológicos. "Venimos con un atraso en muchas cosas. Este año, por ejemplo, será el primero en el cual se realiza un censo de menores infractores. Lo estamos haciendo en el departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales, y en unos meses estarán los resultados". Contar con información veraz, sofisticada y consensuada es un debe del Estado uruguayo, sostiene.

MIRANDO HACIA FUERA. Aún con todos los datos arriba de la mesa, el combate al delito es una materia en la cual no hay consensos, ni acá ni en ninguna otra parte. "Hace poco regresé de un congreso de criminología en Estocolmo", cuenta Trajtenberg. "Y para el cierre, varios de los principales criminólogos del mundo debatieron con la ministra de Justicia. Además de que la ministra poseía un nivel de conocimientos muy sólido, no siempre coincidía con los técnicos".

Un caso al que muchos recurren, tanto para la crítica como para el elogio, es el de Estados Unidos. El Foro Batllista llegó a importar directamente el eslogan "tolerancia cero" para su campaña hacia las elecciones internas. Aplicado durante la década pasada en la ciudad de Nueva York, el modelo de tolerancia cero es exhibido por unos como un gran éxito: se redujeron los delitos violentos casi a la mitad, según algunos de los estudios realizados a partir de esa experiencia. Algunos de los delitos violentos (como violación y rapiña) disminuyeron casi hasta la mitad de los que se registraban antes de la puesta en funcionamiento el modelo.

En resumen, el modelo significó una inversión mucho mayor en seguridad: más policías, con más y mejor equipamiento y una actitud por parte de la Policía más agresiva y omnipresente.

Otros rechazan ese esquema de mano dura. "El modelo de tolerancia cero significó, entre otras cosas, la saturación policial: muchos agentes patrullando. Eso no detuvo el delito. Lo detuvo en esa zona, pero la delincuencia se fue a otros lugares, con menor presencia policial", dice Camaño, docente grado 3 en la Facultad de Derecho, integrante del Instituto de Estudios Legales y Sociales del Uruguay y actuante en casos de repercusión pública, como la defensa de los hermanos Peirano y Alberto Roselli.

Trajtenberg aporta otra reflexión: "Muchas veces se habla de Estados Unidos como si fuera un todo homogéneo, y hay grandes diferencias entre los estados". La pena de muerte, por poner un caso, no se aplica en todos los estados. Y entre aquellos que no la aplican, a veces se exhiben indicadores delictivos más bajos que en aquellos lugares que sí ejecutan a los reos.

Hace casi una década que se había llegado a esta conclusión. De acuerdo a un estudio efectuado por el diario The New York Times en 2000, se determinó que un indicador como la tasa de homicidios era entre 48% y 100% más alta en los estados que aplicaban la pena de muerte que entre los que no lo hacían. Además, un preso con una condena de muerte es mucho más "caro" que uno que no lo está.

"A menudo se piensa en la severidad como única variable", continúa Trajtenberg. "Es cierto que influye, no se la puede descartar. Pero la certeza importa mucho también. Un delincuente no toma únicamente en cuenta la severidad de la pena. Si calcula que es improbable que vaya a ser atrapado, es más probable que siga delinquiendo".

Otra cosa que muchas veces se olvida cuando se importan eslóganes como si fueran latas de sopa Campbell es que por razones culturales e idiosincráticas, una sociedad como la estadounidense posee mecanismos para el "control social blando", afirma Camaño. "Allí donde el Estado no es tan fuerte, no tiene una presencia tan marcada, existe otro tipo de contralor entre los ciudadanos. En Europa, que tiene una tradición de estados benefactores con una fuerte presencia, la gente se apoya más en esos mecanismos para sentirse segura, contenida".

Para el penalista, lo mejor es desprenderse de los razonamientos esquemáticos y simplificadores: "El modelo represivo, el de mano dura, no es patrimonio exclusivo de Estados Unidos".

BENEFACTORES. Del lado opuesto a ese modelo, que ya se vio contiene matices, se exhibe, generalmente por parte de políticos y otros asociados a la izquierda, el o los modelos llevados a cabo por varios de los países europeos que cuentan con una tradición de Estado de Bienestar, como los nórdicos, Inglaterra y otros. Ahí, dicen, el combate contra el delito se concentra en el diseño de políticas públicas que estimulen la equidad social, además de que se aplican políticas punitivas más blandas.

El razonamiento es que si no hay motivos económicos, es menos probable que el potencial delincuente lleve a cabo el crimen. A su vez, si el castigo es menos severo y más humano, la probabilidad de reincidencia sería menor. El ejemplo inglés puede servir para ilustrar algunos de los resultados de este modelo. De acuerdo al British Crime Survey -órgano encargado de recopilar y elaborar los datos relativos a la criminalidad- la delincuencia bajó casi a la mitad en los años que van de 1995 hasta el año pasado.

Las medidas que se aplicaron ahí tienen mucho del rótulo "europeo": policía comunitaria, penas alternativas a la cárcel, inexistencia de la pena de muerte y programas sociales que integran a potenciales jóvenes pandilleros en torno a un proyecto común financiados por dineros públicos, como el que se denominó Acción contra los cuchillos, donde policías, asistentes sociales y vecinos se pusieron de acuerdo para dialogar y estar en contacto continuo con los jóvenes considerados como problemáticos por autoridades y adultos.

El ex subsecretario del Ministerio del Interior Juan Faroppa está de acuerdo con parte de esta línea de razonamiento, pero no toda. "Hay determinadas formas de delitos que son inmunes a los números macroeconómicos. Delitos a los que se los debe atacar desde lo cultural y no desde lo económico. Cuando se habla de la `pérdida de códigos` es este aspecto cultural al que me refiero. Por más que el Estado solucione buena parte del bienestar económico de la población, esos delitos seguirán existiendo; ya están como galvanizados. Pienso en delitos como el hurto, pero también en ciertos aspectos del delito organizado", afirma.

Trajtenberg relata la experiencia laboral en una cárcel en Barcelona. "En comparación con una cárcel uruguaya, había una gran diferencia. Se atendía al recluso con asistentes, psicólogos y las condiciones eran mucho más humanas. Aún así, la reincidencia era relativamente alta, cercana al 30%".

Pero también en el modelo propuesto como "europeo" hay matices. En Inglaterra se es imputable desde los 11 años. Y Londres es la ciudad más vigilada del mundo por las cámaras. En ninguna otra metrópolis se filma tanto a los ciudadanos como ahí. Esa presencia estatal y policial parece directamente inspirada en las visiones más ominosas de George Orwell. "El modelo que propone lidiar con el delito con políticas sociales y públicas, y con una actitud punitiva menos severa, no es patrimonio exclusivo de los estados de bienestar europeos", dice Camaño y deja claro que todos los modelos, provengan de Estados Unidos o la Unión Europea, mezclan, evalúan y prueban, siempre de acuerdo a un equilibrio entre los objetivos políticos y las normas morales que una sociedad adopta.

Hace aproximadamente un mes, el sociólogo argentino Pablo Alabarces, especialista en temas de violencia en el fútbol, relató la mezcla de medidas que el Estado británico tomó para solucionar, efectivamente, el problema de los hooligans. Entre éstas, se incrementó la vigilancia mediante cámaras, se reformó la estructura de los estadios para hacerlos más seguros y amigables para el público y se subió el precio de las entradas considerablemente. Hoy, el fútbol inglés es tan seguro como elitista.

URUGUAY. ¿Cuál es entonces, el modelo uruguayo? ¿Existe? Para algunos, como Diego Camaño, sí: "El modelo uruguayo es claramente represivo, tanto en el discurso como en los resultados", afirma y explica que eso va más allá de la división entre izquierda y derecha: "La ley de Seguridad Ciudadana en el 95 tuvo los votos del Frente Amplio, para asegurar la `gobernabilidad`. Y fue este gobierno, de izquierda, que convirtió el decreto de la dictadura 690/80, que permite detener a alguien para `averiguaciones`, en una ley, la de Procedimiento Policial".

Faroppa rechaza con énfasis la apreciación del abogado y señala que la Corte Interamericana de los Derechos Humanos habilita a restringir estos derechos cuando la sociedad así lo decide y esté amparado en la ley. "Lo que no se puede es restringir los derechos humanos por decreto".

Trajtenberg, por su parte, opina que no hay nada que indique se haya pensado en aplicar un modelo definido y elaborado. "No se ha pensado mucho. En el mundo existe una gran cantidad de conocimiento generado en torno a este tema, donde todo está sujeto a un balance y una evaluación, dado que se trata de dineros públicos. Hay que justificar el dinero invertido con resultados".

Aunque sostenga la importancia de la evaluación costo-beneficio, Trajtenberg también recuerda que se trata de un tema en el cual la moral permea todo el debate. Por eso planteaba que entre las cuatro preguntas fundamentales que una sociedad debe responder está el grado de castigo que ésta se dispone a tolerar. Y para graficar su postura, recurre a un ejemplo extremo: "Sería muy efectivo rociar con gas mostaza a barrios enteros y matar a todos ahí adentro. Eso disminuiría sensiblemente la delincuencia, pero ¿estamos dispuestos a aceptar eso como sociedad?".

Faroppa cree que hay cinco ítems que podrían facilitar un acuerdo entre todos los partidos para elaborar un modelo uruguayo: modernización de la estructura organizativa del Ministerio del Interior; profesionalización y jerarquización de la carrera policial; combate al crimen organizado y el narcotráfico; reforma del sistema carcelario y, finalmente, una discusión sobre el nivel de punibilidad, o castigo, que la sociedad uruguaya está preparada para aceptar.

A poco de abandonar el sillón presidencial, la promesa de Tabaré Vázquez de ser implacable con el delito, y también con sus causas, ha demostrado ser notoriamente difícil de cumplir.

Las drogas bajo ataque
Es imposible encontrar un jerarca o político que no hable del "flagelo" o del "azote" de la droga. También es imposible escuchar la opinión de que el consumo de sustancias ilícitas (o lícitas) no incide en los actos delictivos. Todos coinciden en que la droga (así, sin discriminar entre una y otra) es una de las principales causantes de la delincuencia. Esto a pesar de que no existen datos acerca de dicha incidencia. Que no los haya no depende solo de voluntad política para llevar a cabo los correspondientes estudios. Medir cuánto importó la dosis de pasta base fumada antes de cometer la rapiña requeriría que se le realizara los correspondientes exámenes al delincuente una vez que se lo atrapa, por ejemplo. En un contexto como el uruguayo, en el cual la Policía debe lidiar no solo con el delito sino también con una situación salarial muy grave. Hoy se calcula que el servicio 222 constituye más de la mitad de los magros ingresos que perciben los efectivos policiales. Sin embargo, el combate al tráfico de drogas está entre lo más exitoso que pueda exhibir la Policía y el Ministerio del Interior en la actualidad. En los últimos cinco años, la cantidad de droga incautada -principalmente cocaína y pasta base- ha sido mayor que todo lo que se registró hasta la fecha. Sin embargo, en muchos casos persisten en (o aumentan) los niveles de delincuencia y violencia.

El desafío que plantean los menores
La edad de inimputabilidad ha sido un tema caro a los políticos. Los jóvenes delincuentes son un el desafío para cual el Estado uruguayo aún no ha encontrado la solución, aunque se trate de apenas 500 personas. Un modelo que ha probado ser exitoso es el de Seguridad y Convivencia, aplicado en la ciudad de Medellín. La ONG sueca Save The Children escribe que la "cultura de la autorregulación" es el componente fundamental en este plan. "En lugar de gastar millones en policías que controlen todo, cada comunidad define participativamente reglas de convivencia y las respeta". Esa idea rectora ha conseguido reducir los homicidios a una sexta parte en cinco años, focalizada principalmente en los jóvenes varones y empobrecidos.

Equilibrios
Ricos y pobres
Durante mucho tiempo se sostuvo desde la izquierda que mejorando las condiciones económicas, sociales y culturales de las mayorías, el delito disminuiría. Hoy, con la primera experiencia de gobierno a punto de culminar, ese discurso ha sido sustituido por una heterogénea diversidad de opiniones que en algunos casos divergen de lo que tradicionalmente se postuló, como por ejemplo lo que sostiene Juan Faroppa en la nota central de este informe. Sin embargo, sigue predominando en el oficialismo la idea de que los índices macroeconómicos son decisivos a la hora de buscar las causas del delito, y sus posibles soluciones. Se afirma en un comunicado publicado el mes pasado en el sitio web de Presidencia que "la seguridad pública es un concepto global que depende de las políticas sociales" (donde además se informa que el gasto público en seguridad creció 75% en los últimos cinco años). De ser así, el más reciente informe del Ministerio de Desarrollo Social preocupa. Aunque los niveles de pobreza descendieron casi un 30% desde 2005, la distribución de la riqueza -medido por el Índice Gini, donde 0 es la igualdad total y 1 la desigualdad total- indica mayor desigualdad hoy (0,457) que en 1999 (0,437).

URUGUAY: Reclusos: 63% no reincide


Fuente: El Espectador
El ministro del Interior, Jorge Bruni, reafirmó que la superpoblación carcelaria se solucionará, pero no en este gobierno y reveló que el 63% de los reclusos que recibió ayuda del Estado no reincidió.

El secretario de Estado no descartó la implementación de medidas alternativas a la prisión en esta administración y defendió la Ley de Humanización del sistema carcelario.

El ministro del Interior, Jorge Bruni, calificó de parciales las versiones de prensa sobre sus dichos respecto al sistema carcelario, cuando señaló que el problema del hacinamiento carcelario era “insolucionable”.

Bruni indicó el hacinamiento en los centros de reclusión es un tema complejo y que el proceso no tendrá solución en este período de gobierno, sino que deberá ser retomado por administraciones posteriores.

“Al ser la seguridad, es un problema de todos. Al ser la seguridad un problema de política de Estado, no sólo es de un gobierno. Este gobierno ha hecho esfuerzos notorios y los números los vamos a presentar la próxima semana. Esos esfuerzos notorios son una demostración de que se está encarando el problema del hacinamiento de cárceles, pero una frase aislada de que diga que no se va a solucionar el hacinamiento de cárceles puede llegar a desvirtuar el concepto que dije ayer (miércoles), que fue mucho más amplio. Así que reivindico totalmente lo que dije ayer (miércoles), pero que no se interprete parcialmente”.

El jerarca aseguró que más allá de los traslados que están previstos para descongestionar los centros más complicados, el país debería redoblar la apuesta por otras vías, apostando, entre otras cosas, a la implementación de medidas alternativas.

“Tiene que ver con las políticas de prevención tiene con las políticas de la enseñanza y del trabajo tiene que ver con proyectos de leyes de penas alternativas. Tienen que ver en que no siempre, en la medida de lo posible, deberían tipificarse penas con prisión, a veces hay otros tipos de penas alternativas. Y también el tema de los traslados es otro de los elementos y otras de las herramientas que por enésima vez repetiré no es sólo de este gobierno sino de todos los gobiernos, porque la seguridad es un problema de todos”.

El ministro destacó el saldo positivo de la Ley de Humanización de Cárceles y agregó que el 63% de los reclusos que recibieron apoyo del Estado, no reincidieron.

“Ha tenido resultados en que se duplicó el número de presos que trabaja y se triplicó el número de docentes que están en la materia. Forma parte de eso que yo decía recién, que es un tema global, es un tema que a veces exige represión, pero fundamentalmente exige prevención y fundamentalmente también, dentro de esa globalidad, está todo lo que tiene que ver con penas alternativas, de la cual, la Ley de Humanización de Cárceles es un muy buen ejemplo”.

Este jueves, el comisionado parlamentario para el sistema carcelario, Álvaro Garcé, expresó su preocupación por la superpoblación en los centros de reclusión.

Garcé detalló que la habilitación de 1.500 nuevas plazas en los últimos 18 meses da la pauta de lo que ha crecido la población carcelaria.

El jerarca aseguró que hay cifras que año a año se mantienen constantes: “Creo que cuando alguien plantea una alternativa, alguna vez lo dijimos, es también una forma de ser optimista. Uno plantea recomendaciones que la realidad se pude modificar. Desde ya que la preocupación subsiste en la medida que hay determinados datos de la realidad que se mantienen constantes y esto de un crecimiento que nada lo detiene y que nos hace superar año a año los máximos históricos de personas encarceladas”.

Por otra parte, el ministro Bruni confirmó un caso de gripe A H1N1 en una mujer recluida en la Cárcel de Cabildo y adelantó la extensión del protocolo definido por Salud Pública para el Comcar a todos los centros del país.

En cada centro se dispondrá una sección independiente con un determinado número de camas para contener un posible brote del virus. Además, como medida preventiva, se extenderá el uso del scanner en los días de visita para detectar a las personas que tengan más de 37 grados de temperatura.

EL SALVADOR: Centros Penales invertirá en $20 millones en tecnología para garantizar seguridad


El director de centros penales dijo que está en la disposición de asisitir a la Asamblea Legislativa para explicar sus proyectos.


El director de Centros Penales Douglas Moreno anunció que se buscará la inversión tecnológica para mejorar la seguridad y la dignidad en los 19 centros penitenciaros del país.

Moreno negó que se pretenda disminuir los mecanismos se seguridad como un beneficio para los internos, pero principalmente para los familiares que llegan a visitarlos.

El funcionario explicó que no se busca reducir los controles de seguridad sino garantizar la dignidad de algunas mujeres en el sentido que sean profesionales de la medicina quienes hagan los cacheos (registros vaginales) cuando haya sospecha que llevan droga u otros instrumentos como celulares.

En ese sentido dijo que hay una proyección de invertir unos 20 millones de dólares en tecnología de punta que permita garantizar la seguridad y contribuir en la reducción de los delitos como la extorsión que en un 60 por ciento se cometen desde el sistema penitenciario.

Agregó que está en la disposición de asistir a la Asamblea Legislativa para explicar sobre su proyectos dentro del sistema penitenciario.