jueves, 28 de mayo de 2009

"Abrir las cárceles a muchos ojos"

El País de Uruguay
10-05-2009


Criminólogo inglés. Contra el romanticismo de izquierda: "Delincuentes son unos parásitos"

El criminólogo Roger Matthews recomienda abrir las cárceles a diferentes entidades; que haya "más ojos viendo lo que sucede". Cuestiona cualquier romanticismo: "Los delincuentes son parásitos y perjudican principalmente a los pobres", dice.

Matthews es inglés, experto en cárceles, punitividad y prostitución. Llegó a Montevideo invitado por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, y es uno de los referentes de la criminología europea actual. Asesoró al gobierno británico y cooperó en la reforma penal en China.

En Uruguay, aunque no tiene concertada una reunión con autoridades del gobierno, dijo que está dispuesto a aconsejar al Ministerio del Interior sobre políticas para la delincuencia. La próxima semana estará en Argentina, donde se entrevistará con jerarcas estatales por el tema del crimen en ese país.

Transparencia. Consultado sobre el problema carcelario uruguayo, Matthews afirmó que el caso de China es un buen ejemplo de cómo lidiar con él. "Allí se abrió el acceso a varios agentes a las cárceles. Cuanto más cantidad de diferentes agentes se tienen entrando en una cárcel -como servicios de educación, tratamientos de drogas y otras actividades-, la cárcel se vuelve más transparente, y se reducen los niveles de abuso", afirmó. "Hay más ojos que ven lo que sucede".

Para Matthews "uno de los indicadores de calidad de una prisión es la cantidad de agencias que entran y la cantidad de presos que salen, a hacer actividades de capacitación o tratamiento de drogas, por ejemplo".

Considera que la prisión, en vez de ser una especie de núcleo cerrado de contención, se convierte en un centro de movimiento e interacción, de gente entrando y saliendo. "Así se generan una suerte de agujeros en la caja, que permiten que entre el aire y circule". Afirma que para esto no se requiere demasiado dinero: "Es más bien de pensar constructivamente".

Para Matthews, al problema con las cárceles se lo tiene que atacar de varios lados y no hay una sola respuesta.

"Hay que mirar la situación de las cárceles, los niveles de violencia, la relación entre los presos y los guardias, en suma, la dinámica de las cárceles". El construir nuevas prisiones mejor equipadas, "soluciona parte del problema, pero sería reducirlo al tema de vivienda", dijo.

Por otra parte, también sugiere instalar un sistema de monitoreo independiente de las cárceles, "pero con dientes", afirmó. "Un control que tenga poder, que esté respaldado por la autoridad estatal".

A su juicio en Uruguay no se necesitarían más de 12 inspectores recorriendo las cárceles constantemente. "Y lo más importante: deben llegar sin aviso previo", indicó.

Aunque desconoce el reciente informe de las cárceles uruguayas del relator de la ONU sobre la Tortura, Manfred Nowak, que habla de sus pésimas condiciones, Matthews afirmó que una situación así no puede continuar.

Reciclaje. Con respecto a las penas alternativas, Matthews es cauto. "Suenan mucho mejor de lo que en realidad son", dijo. "En muchos países europeos, una medida alternativa es dar amnistías al final de las sentencias", indicó. "Si estas personas no cumplen al pie de la letra las disposiciones de la libertad condicional, se reciclan nuevamente al sistema carcelario, y por más tiempo del que les quedaba por cumplir", dijo.

En Estados Unidos, un tercio de quienes entran a las prisiones son gente que violó al libertad condiciona, señaló. "La experiencia en otros países es que, de hecho, la gente a la que se le aplican penas alternativas nunca debería haber estado condenada en primer lugar", estimó. "Lo que terminan haciendo es ensanchar la red, se terminan pescando a peces pequeños que nunca tendrían que haber entrado", comentó.

Privadas. Para Matthews, en Europa la privatización de las cárceles tuvo causas menos loables que la mejora de la calidad del servicio. "Los motivos que se adujeron para privatizar las cárceles fueron tener mejores condiciones, mejor administración y ahorrar dinero. Todo esto es basura", aseguró. "En realidad, el motivo fue que el Estado trata de cargar responsabilidades a otros. En el Reino Unido esto se aplicó para quebrar la fuerza de los gremios del personal de las cárceles, porque tienen mucha fuerza. También fue un tema de costo: pero no es que fueran más baratas, sino que se posponía el momento de pago", afirmó.

Realismo de izquierda. Matthews es una de las principales figuras en el Reino Unido de la corriente de criminología llamada "realismo de izquierda", que surge en reacción al "idealismo de izquierda" y su incapacidad de resolver los problemas de la delincuencia.

"Los criminólogos debemos ayudar a los políticos para hacer una diferencia, ir más allá de la crítica y presentar soluciones", sostiene. "La mayor parte de los criminólogos en Europa son solamente críticos, negativos. Nosotros tratamos de combinar la crítica con propuestas sobre lo que se puede hacer", afirmó.

Incluso señala que "algunos piensan que el crimen tiene una propiedad de redistribución social, de los ricos a los pobres", lo que califica de "noción romántica muy común en la criminología de izquierda".

Y la realidad "es que los pobres se roban entre sí, y los pobres honestos son los más vulnerables", señala.

"Los delincuentes son predominantemente parasitarios, mezquinos, y hacen la vida de los pobres aún peor de lo que ya es", describe Matthews.

Su próximo libro será, precisamente, una crítica a los criminólogos que se limitan a criticar la situación, pero no proponen políticas concretas.

Aislar y tratar a los jóvenes adictos
En cuanto a uno de los mayores problemas de la delincuencia en Uruguay, asociado a jóvenes carenciados adictos a la pasta base, Matthews afirmó que "el gobierno debe afrontar este problema tan seriamente como si se tratara de una epidemia de gripe porcina".

Considera que hay que aislar a los afectados, tratarlos y detener la contaminación. "Si yo fuera el ministro del Interior, tomaría una combinación de medidas para atacar este problema", afirmó.

Además, apuntó que cuanto más se conozca de la realidad de estos jóvenes, más se puede controlar el problema. "Cuando la gente me pregunta qué hay que hacer con el crimen yo respondo, ¿cuál crimen? Hay que saber cuál es, dónde sucede, quién es el criminal y quién la víctima", afirmó Matthews.

Para el experto, la drogadicción de los jóvenes, "es el peor tipo de problema social. Es un problema que no se puede minimizar, no se le puede dar la espalda", afirmó.

Con respecto a la opción de bajar la edad de imputabilidad a los infractores, para Matthews no es una opción acertada, porque internar a jóvenes de 15 años con presos mayores podría derivar en abusos a los menores. "En el Reino Unido, si un adolescente comete un crimen terrible, hay otros mecanismos para lidiar con él, hay instituciones de alta seguridad especiales para jóvenes", afirmó.

En cuanto a políticas para la delincuencia juvenil, citó el caso de los planes para la prostitución juvenil en el Reino Unido. Allí se redujo la cantidad de jóvenes en la prostitución de 5.000 en 1990 a 50 en 2000. El plan consistió en modificar el trato con los menores. Antes se los arrestaba o multaba, pero en los `90 se hizo una campaña para considerarlos como víctimas, y en lugar de arrestarlos ingresaban en instituciones sociales. Hoy en el Reino Unido, los menores en la prostitución son en mayoría inmigrantes.

Experto en crímenes y cárceles
Roger Matthews es profesor de criminología en la London South Bank University. Durante los últimos 35 años ha realizado estudios con respecto al crimen, a las cárceles y a la seguridad comunitaria, y ha editado una quincena de libros en torno a estos temas. Su última publicación, titulada "Prostitution, Politics and Policy", de 2008, deriva de un extenso estudio sobre la prostitución en el Reino Unido. Es uno de los principales exponentes de la corriente de criminología inglesa llamada "realismo de izquierda", que se opone a la inoperancia del "idealismo de izquierda", tanto como a las políticas represivas de la derecha. En la Facultad de Ciencias Sociales de la UdelaR dictó un seminario sobre "Desviación y Control Social".

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